Artritis Psoriásica Crónica y las Terapias Naturales

5ab2ba70aeb94499a0e40d2b6391fc11Mi nombre es Gemma, debo comunicar que me he decidido a escribir este testimonio a raíz de pensar en la cantidad de vidas que podría cambiar y mejorar con algo tan sencillo.

Mi experiencia en las terapias naturales era, prácticamente, nula debido al miedo que me daba toparme con algún “sacadinero” de esos que, por desgracia, abundan en un mundo tan limpio y bello como éste. Hasta que no tuve referencias de confianza de una persona que era seria en el tema y que realmente ofrecía resultados con honestidad (si ibas a 3 o 4 sesiones y no notabas ningún tipo de mejoría, ella misma te lo decía y te ofrecía otras alternativas también de confianza), no me decidí a ir a ninguna.

Mi decisión para empezar con las terapias alternativas fue debido a que con 30 años me diagnosticaron artritis psoriásica crónica y hereditaria y me recetaron una medicina inmunodepresora que debía inyectarme una vez a la semana.

Quise empezar por el eslabón más sencillo, flores de Bach y reiki. Mi espléndida terapeuta, no solo trabajaba con flores de Bach, sino también con las flores de California, las esencias minerales… Y no solo tomadas, sino que también trabajaba con ellas sobre los chackras, siempre con mi consentimiento. Todo ello me ayudó muchísimo, hubo momentos muy duros como una faringitis que pasé durante 10 días con toda la garganta como si la tuviera llena de agujas y que no consiguieron aliviar ni los antibióticos ni los antiinflamatorios, creo que no la olvidaré nunca. Pero reconozco que si antes tenía faringitis cada 2 semanas, ahora hace casi 2 años que no tengo ninguna…

Mientras iba haciendo estas sesiones, yo seguía medicándome y haciéndome las pruebas que la reumatóloga me iba pidiendo. Cada vez que iba, las analíticas habían mejorado un poco. Llegó el momento en que mi cuerpo se bloqueó y no aceptó más pinchazos, así que la doctora decidió darme la misma medicación inmunodepresora pero ingerida. Como continuaba mejorando, me la cambió a un antiinflamatorio bastante fuerte que debía tomar diariamente. Pero al cabo de un tiempo se “estancaron” los resultados, no había mejoría pero tampoco empeoraba, así que decidí que era el momento de ir un paso más allá. Hablé con mi terapeuta y consideramos que era oportuno empezar con la terapia regresiva y continuar con mi “preparado” de flores de Bach y esencias minerales..

Al cabo de un tiempo, la doctora me redujo el antiinflamatorio que tomaba a uno específico para la espalda, también diario y, dos meses antes de la siguiente visita, decidí que, como yo ya me encontraba bien, probaría a dejar la medicación. Lo hice y fui a hacerme las analíticas correspondientes dos meses más tarde. Cuando volví a la visita con la reumatóloga, me comentó que era la mejor analítica desde que se hizo el diagnóstico, así que le expliqué todas las terapias que había hecho, la progresión que había experimentado en mi bienestar y, finalmente, el tiempo que hacía que no tomaba medicación. A ella le sorprendió mucho (no creía en absoluto en todo este tema y así me lo hizo saber en las primeras visitas cuando le consulté su opinión sobre las terapias alternativas para mi caso).

De hecho, hace ya un año y medio que dejé la medicación química, fui recientemente a la visita de la reumatóloga y aún he mejorado muchísimo más, de hecho, sus palabras literales fueron “Tienes una analítica casi perfecta, tu caso es digno de estudio”. Creo que no es mi caso lo que es digno de estudio, sino el trabajo y la formación continua de miles de profesionales que se dedican en cuerpo y alma a sanar a los demás, a pesar de las trabas sociales que hay, del poco reconocimiento que reciben por su labor y de la cantidad de estafa no perseguida por las autoridades que hay en su ámbito laboral.

Así que debo decir: “¡ESTHER, GRACIAS POR AYUDARME A SEGUIR EL CAMINO ADECUADO PARA CONSEGUIR ESA ANALÍTICA CASI PERFECTA!” y animaros a todos a probar alternativas, a buscar otra manera de sanar, ya que somos conscientes de que la medicina química nos repara unas cosas mientras nos estropea otras, pero también quiero subrayar que siempre tiene que haber consentimiento por parte de los doctores para poder dejar la medicación, mi doctora me dio el visto bueno y aún lo mantiene al comprobar los resultados, ¡¡NUNCA dejéis la medicación que os den hasta que no tengáis comprobados los resultados de las terapias alternativas!!

 

Gemma Batlle. (10 de octubre de 2014)

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